Superman

Superman #10: Villano de transición

SupermanGeorge Pérez se despedía de Superman finalizando el arco argumental que enfrentaba al hombre de acero con unos extraterrestres que fueron capaces de poner a Metrópolis en su contra. Ahora, tras un impasse de dos números en los que nos reencontramos con la colección de Grant Morrison, aterriza un nuevo equipo creativo en la cabecera: Keith Giffen (guión y argumento), Dan Jurgens (dibujo y argumento) y Jesús Merino (tinta).

 

Como carta de presentación los autores nos traen un número autoconclusivo, de transición, en la que el héroe kriptoniano ha de medir sus fuerzas con otro ser alienígena, de nombre Helspont y con una apariencia discutible: un rostro que parece la versión «ghost rider» de Lobezno y un traje que guarda ciertas similitudes con el Piccolo de la terrible Dragon Ball Evolution.

 

Estilismos aparte, este personaje pertenece a una especie (los demonitas) que ya se ha encargado de amargar la vida a los héroes de otras colecciones como Stormwatch o Grifter (serie ya cancelada). Helspont, por tanto, no se presenta ante Superman con muy buenas intenciones. Proscrito por los suyos, su malvado plan consiste en sumar a Superman a su causa y utilizarlo como arma contra los suyos (algo similar a lo que pudimos leer en el segundo tomo recopilatorio de John Byrne). La trama avanza según se van sucediendo los puñetazos entre uno y otro.

 

Este Superman #10 nos devuelve esas historias clásicas de superhéroes en las que la trama giraba en torno a un conflicto con el villano de turno. Poco más hay donde rascar. En el contexto en el que se mueve el kriptoniano, es apreciable el hecho de que este reciba más críticas que alabanzas por parte de sus vecinos de Metrópolis. Hay quienes lo idolatran y quienes lo detestan, pero la imagen general que trasmiten es de tolerancia con reservas. Aceptan su presencia, pero se mueven entre el temor a que deje de lado su bondad y les molesta la cantidad de daños que provocan sus batallas.

 

La vida de Clark, en un segundo plano, sirve para dar el toque de humor a la historia, poniendo el foco en como afectan sus responsabilidades superheroicas a sus compromisos terrenales.

 

Está por ver que nos pueden ofrecer los autores una vez cojan el punto a esta nueva versión del hombre de acero.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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